6/1/10

Herencia

Ten cuidado ; cuando crezcas no olvides cuanto fuistes querido, pues vas a necesitar de aquel amor para vivir sin él, y para distinguir el verdadero del falso afecto, y para entregarte cuando valga la pena sin que te guardes nada de ti.
No dejes los mimos ni las penitencias a que fuiste sometido por amor ; junto a las tallas de tu ropa,
carga con ellos, con los juguetes, con los rincones, con los rasponazos de las rodillas y con las matanzas de hormigas y demás bichos.
Salva, por sobre todas las cosas, aquellos amigos con los que hiciste pactos eternos, sin hablar de pactos eternos, solo por haber compartido la pelota a los golpes.
Porque los mimos, los juguetes, las muñecas, los rincones, los golpes, los bichos y los amigos te permitirán salir de ti, sin dejar de ser tú mismo.
Si no lo entiendes, espera a crecer ; pero no lo olvides.
Si no lo entiendes, vivirás como el que más, serás normal, tendrás hijos y nietos, y les cederás el paso.
Pero entonces en ti no se cumplirá la profecía :
conoce y mantén vivo el amor : asi apreciarás el amor de los demás.



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